En el proceso de compraventa, las ofertas y contraofertas juegan un papel clave para que ambas partes lleguen a un acuerdo. La oferta es una propuesta inicial que el comprador o el vendedor realiza, especificando los términos bajo los cuales está dispuesto a realizar la transacción. Por su parte, una contraoferta es la respuesta a esa oferta, que modifica alguno de los términos iniciales, como el precio, los plazos o las condiciones de la venta. Este intercambio de propuestas permite que las partes ajusten las condiciones hasta encontrar un punto de acuerdo que satisfaga a ambas.
Una oferta en compraventa es una propuesta formal que el comprador realiza al vendedor (o viceversa) donde especifica las condiciones bajo las cuales estaría dispuesto a comprar (o vender) un bien. La oferta incluye detalles como el precio, la forma de pago, y otros términos relevantes para la transacción. Una vez realizada la oferta, el vendedor puede aceptarla, rechazarla o hacer una contraoferta.
Una contraoferta es una respuesta que se da cuando una de las partes no está completamente satisfecha con la oferta original. Esta respuesta modifica algunos de los términos de la oferta inicial, ya sea ajustando el precio, los plazos de pago, o cualquier otra condición de la compraventa. La contraoferta invalida la oferta original y abre una nueva ronda de negociación entre las partes.
Las ofertas y contraofertas suelen incluir el precio del bien, las condiciones de pago, los plazos para completar la transacción, y cualquier otra cláusula que sea relevante para la venta, como el estado del bien, las inspecciones necesarias, o el reparto de los gastos legales e impuestos.
Si después de varias contraofertas las partes no llegan a un acuerdo, la transacción no se lleva a cabo y ambas partes pueden buscar nuevos compradores o vendedores. No obstante, este proceso de negociación puede continuar indefinidamente hasta que ambas partes encuentren un punto en común.